José Antonio Arango Arámbula
El 16 de mayo de 1914, el coronel Antonio Villa presenció una corrida de toros en Chihuahua. Después del evento, mientras intentaba regresar rápidamente a su casa, el coronel Manuel Baca Valles le ofreció su automóvil, ya que él iba a quedarse más tiempo en la plaza de toros.
Antonio Villa aceptó la oferta y subió al automóvil junto con el coronel Eduardo Pulido. A solo tres cuadras de la plaza de toros, se encontraron con Simón Martínez, ayudante de Manuel Chao, quien estaba acompañado, entre otros, por Juan Álvarez. Surgió una discusión que rápidamente escaló hasta el punto en que sacaron sus armas y comenzaron a dispararse mutuamente. Los hombres de Martínez mataron a Pulido e hirieron gravemente a Villa, quien falleció días después tras sufrir una larga agonía.
Resultó que el coronel Manuel Chao había ordenado a su ayudante, Simón Martínez, matar a Manuel Baca Valles. Sin embargo, al encontrarse con el automóvil, Martínez atacó a sus ocupantes sin darse cuenta de que no era Baca Valles, sino Antonio Villa.
El 16 de mayo de 1914, el coronel Antonio Villa presenció una corrida de toros en Chihuahua. Después del evento, mientras intentaba regresar rápidamente a su casa, el coronel Manuel Baca Valles le ofreció su automóvil, ya que él iba a quedarse más tiempo en la plaza de toros.
Antonio Villa aceptó la oferta y subió al automóvil junto con el coronel Eduardo Pulido. A solo tres cuadras de la plaza de toros, se encontraron con Simón Martínez, ayudante de Manuel Chao, quien estaba acompañado, entre otros, por Juan Álvarez. Surgió una discusión que rápidamente escaló hasta el punto en que sacaron sus armas y comenzaron a dispararse mutuamente. Los hombres de Martínez mataron a Pulido e hirieron gravemente a Villa, quien falleció días después tras sufrir una larga agonía.
Resultó que el coronel Manuel Chao había ordenado a su ayudante, Simón Martínez, matar a Manuel Baca Valles. Sin embargo, al encontrarse con el automóvil, Martínez atacó a sus ocupantes sin darse cuenta de que no era Baca Valles, sino Antonio Villa.
José Antonio Arango Arámbula
El 16 de mayo de 1914, el coronel Antonio Villa presenció una corrida de toros en Chihuahua. Después del evento, mientras intentaba regresar rápidamente a su casa, el coronel Manuel Baca Valles le ofreció su automóvil, ya que él iba a quedarse más tiempo en la plaza de toros.
Antonio Villa aceptó la oferta y subió al automóvil junto con el coronel Eduardo Pulido. A solo tres cuadras de la plaza de toros, se encontraron con Simón Martínez, ayudante de Manuel Chao, quien estaba acompañado, entre otros, por Juan Álvarez. Surgió una discusión que rápidamente escaló hasta el punto en que sacaron sus armas y comenzaron a dispararse mutuamente. Los hombres de Martínez mataron a Pulido e hirieron gravemente a Villa, quien falleció días después tras sufrir una larga agonía.
Resultó que el coronel Manuel Chao había ordenado a su ayudante, Simón Martínez, matar a Manuel Baca Valles. Sin embargo, al encontrarse con el automóvil, Martínez atacó a sus ocupantes sin darse cuenta de que no era Baca Valles, sino Antonio Villa.
El 16 de mayo de 1914, el coronel Antonio Villa presenció una corrida de toros en Chihuahua. Después del evento, mientras intentaba regresar rápidamente a su casa, el coronel Manuel Baca Valles le ofreció su automóvil, ya que él iba a quedarse más tiempo en la plaza de toros.
Antonio Villa aceptó la oferta y subió al automóvil junto con el coronel Eduardo Pulido. A solo tres cuadras de la plaza de toros, se encontraron con Simón Martínez, ayudante de Manuel Chao, quien estaba acompañado, entre otros, por Juan Álvarez. Surgió una discusión que rápidamente escaló hasta el punto en que sacaron sus armas y comenzaron a dispararse mutuamente. Los hombres de Martínez mataron a Pulido e hirieron gravemente a Villa, quien falleció días después tras sufrir una larga agonía.
Resultó que el coronel Manuel Chao había ordenado a su ayudante, Simón Martínez, matar a Manuel Baca Valles. Sin embargo, al encontrarse con el automóvil, Martínez atacó a sus ocupantes sin darse cuenta de que no era Baca Valles, sino Antonio Villa.
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