Morir en los treinta, es muy joven para morir,
El curso de la vida ya es demasiado breve e iluso.
Por este camino pagaste un enorme precio.
Pues, te robó de todo una vida.
¿Que pasó? ¿Te cegó el demasiado amar?
Atrás quedó un futuro lleno de hermosas posibilidades.
Habían hijos por criar, nietos y biznietos por recibir.
En fin, te perdiste el dulce compartir y celebrar de la vida.
¿Olvidaste el mandamiento?
No edificar ídolos delante de Dios.
Pues, nos abandonan a mitad del camino.
En cambio, el Señor jamás nos abandona.
La puerta se abrió prematuramente. ¿Qué pasó?.
Esta debería haber permanecido cerrada.
Pues, tus sueños e ilusiones se escaparon por allí.
Se perdieron en la bruma cuando se fue el sol.
Mildred Berríos McMahan
8 de abril de 2013
Morir en los treinta, es muy joven para morir,
El curso de la vida ya es demasiado breve e iluso.
Por este camino pagaste un enorme precio.
Pues, te robó de todo una vida.
¿Que pasó? ¿Te cegó el demasiado amar?
Atrás quedó un futuro lleno de hermosas posibilidades.
Habían hijos por criar, nietos y biznietos por recibir.
En fin, te perdiste el dulce compartir y celebrar de la vida.
¿Olvidaste el mandamiento?
No edificar ídolos delante de Dios.
Pues, nos abandonan a mitad del camino.
En cambio, el Señor jamás nos abandona.
La puerta se abrió prematuramente. ¿Qué pasó?.
Esta debería haber permanecido cerrada.
Pues, tus sueños e ilusiones se escaparon por allí.
Se perdieron en la bruma cuando se fue el sol.
Mildred Berríos McMahan
8 de abril de 2013
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