Mi guapísimo primo hermano Joaquín, o como lo llamábamos sus primos, Joaco, Joaquinito, te vamos a echar muchísimo de menos. Guardo una infinidad de recuerdos tuyos pues desde que tengo uso de razón eres parte de mi vida.
Te recuerdo siempre serio, muy serio, tan serio que abuelita Candita contaba que ofrecía pagarle al que te sacara una sonrisa para una foto profesional. Siempre fuiste bello, con tus hermosos ojos azules. Nuestra prima Idalie y tú eran los únicos con ojitos azules hasta que nació nuestro primo Lin, uno de los hijos mayores de titi Haydeé y tío Manolín.
Como eras varios años mayor que tus primos más pequeños, los nacidos a finales de los 1940 y principios de los años 1950, de adolescentes nos 'soportabas' pero todos sabíamos que nos querías, pues ese amor por la familia nuestros padres nos lo inculcaron desde pequeñitos. Tengo muchos recuerdos bonitos y algunos tristes tuyos, como cuando murió tu hermanito Eddie. Te recuerdo, un niño todavía, ayudando a cargar el féretro de Eddie mientras llorabas su partida. De ese momento en adelante te convertiste en un niño triste, muy triste y hasta huraño. Tu salvación fueron tus amigos de toda la vida, amigos como Kako Plaud y Tato De Mari, que llenaron un inmenso vacío en tu vida y que se convirtieron en tus amigos para toda la vida.
Como de pequeña y adolescente siempre estaba en tu casa, pues tu hermanita Talía era mi primita y mi hermana, siempre, desde que tengo uso de razón, pasaba mucho tiempo en tu casa. Te recuerdo de adolescente, guapo, alto, muy alto, peleando con Taliíta y conmigo porque te molestábamos, pero sabíamos que nos querías mucho.
Te casaste, tuviste 2 niñas hermosísimas, Teresa y Laura y eventualmente te divorciaste, pero nunca perdiste contacto con tus hijas. Siempre te ocupaste de ellas y las cuidabas con amor. Pasó el tiempo y volviste a rehacer tu vida con Sandra, quien volvió a llenar tu vida de alegría. Siempre estabas presente en las vidas de tus hijas, tu hermana, sobrinos y nietos y mantenías un contacto cercano con ellos. Fuiste un hijo, padre, hermano, primo y abuelo excelente.
Primo, sólo me consuela saber que ahora estás con Eddie, con titi Teté y con tio Nicandro, rodeado espiritualmente de nuestra hermosa y numerosa familia Beléndez y García. Estoy segura de que todos te rodean en estos momentos, ayudándote a entender tu nueva situación y el camino espiritual que vas a recorrer. De algo estoy segura: nunca vas a olvidar a tu familia que queda atrás. Yo, por mi parte, quiero volverte a encontrar cuando me toque a mí ir al plano espiritual.
Te quiero mucho, mi querido primo, y nunca te voy a olvidar. Dale un abrazo fuerte a titi Teté, Tio Nicky, Eddie, abuelita, titi Pilar, titi Ercilia y a todos nuestros queridos tíos abuelos, a mami, a papi y a Elito, y a todos tus tíos: Talía, Eva, Iris, Joaquín, Elí, Ñeca y Haydeé y, por supuesto, a padrino, a madrina y a Ricky.
Nos volveremos a ver, querido primo...
Leilani
Te recuerdo siempre serio, muy serio, tan serio que abuelita Candita contaba que ofrecía pagarle al que te sacara una sonrisa para una foto profesional. Siempre fuiste bello, con tus hermosos ojos azules. Nuestra prima Idalie y tú eran los únicos con ojitos azules hasta que nació nuestro primo Lin, uno de los hijos mayores de titi Haydeé y tío Manolín.
Como eras varios años mayor que tus primos más pequeños, los nacidos a finales de los 1940 y principios de los años 1950, de adolescentes nos 'soportabas' pero todos sabíamos que nos querías, pues ese amor por la familia nuestros padres nos lo inculcaron desde pequeñitos. Tengo muchos recuerdos bonitos y algunos tristes tuyos, como cuando murió tu hermanito Eddie. Te recuerdo, un niño todavía, ayudando a cargar el féretro de Eddie mientras llorabas su partida. De ese momento en adelante te convertiste en un niño triste, muy triste y hasta huraño. Tu salvación fueron tus amigos de toda la vida, amigos como Kako Plaud y Tato De Mari, que llenaron un inmenso vacío en tu vida y que se convirtieron en tus amigos para toda la vida.
Como de pequeña y adolescente siempre estaba en tu casa, pues tu hermanita Talía era mi primita y mi hermana, siempre, desde que tengo uso de razón, pasaba mucho tiempo en tu casa. Te recuerdo de adolescente, guapo, alto, muy alto, peleando con Taliíta y conmigo porque te molestábamos, pero sabíamos que nos querías mucho.
Te casaste, tuviste 2 niñas hermosísimas, Teresa y Laura y eventualmente te divorciaste, pero nunca perdiste contacto con tus hijas. Siempre te ocupaste de ellas y las cuidabas con amor. Pasó el tiempo y volviste a rehacer tu vida con Sandra, quien volvió a llenar tu vida de alegría. Siempre estabas presente en las vidas de tus hijas, tu hermana, sobrinos y nietos y mantenías un contacto cercano con ellos. Fuiste un hijo, padre, hermano, primo y abuelo excelente.
Primo, sólo me consuela saber que ahora estás con Eddie, con titi Teté y con tio Nicandro, rodeado espiritualmente de nuestra hermosa y numerosa familia Beléndez y García. Estoy segura de que todos te rodean en estos momentos, ayudándote a entender tu nueva situación y el camino espiritual que vas a recorrer. De algo estoy segura: nunca vas a olvidar a tu familia que queda atrás. Yo, por mi parte, quiero volverte a encontrar cuando me toque a mí ir al plano espiritual.
Te quiero mucho, mi querido primo, y nunca te voy a olvidar. Dale un abrazo fuerte a titi Teté, Tio Nicky, Eddie, abuelita, titi Pilar, titi Ercilia y a todos nuestros queridos tíos abuelos, a mami, a papi y a Elito, y a todos tus tíos: Talía, Eva, Iris, Joaquín, Elí, Ñeca y Haydeé y, por supuesto, a padrino, a madrina y a Ricky.
Nos volveremos a ver, querido primo...
Leilani
Mi guapísimo primo hermano Joaquín, o como lo llamábamos sus primos, Joaco, Joaquinito, te vamos a echar muchísimo de menos. Guardo una infinidad de recuerdos tuyos pues desde que tengo uso de razón eres parte de mi vida.
Te recuerdo siempre serio, muy serio, tan serio que abuelita Candita contaba que ofrecía pagarle al que te sacara una sonrisa para una foto profesional. Siempre fuiste bello, con tus hermosos ojos azules. Nuestra prima Idalie y tú eran los únicos con ojitos azules hasta que nació nuestro primo Lin, uno de los hijos mayores de titi Haydeé y tío Manolín.
Como eras varios años mayor que tus primos más pequeños, los nacidos a finales de los 1940 y principios de los años 1950, de adolescentes nos 'soportabas' pero todos sabíamos que nos querías, pues ese amor por la familia nuestros padres nos lo inculcaron desde pequeñitos. Tengo muchos recuerdos bonitos y algunos tristes tuyos, como cuando murió tu hermanito Eddie. Te recuerdo, un niño todavía, ayudando a cargar el féretro de Eddie mientras llorabas su partida. De ese momento en adelante te convertiste en un niño triste, muy triste y hasta huraño. Tu salvación fueron tus amigos de toda la vida, amigos como Kako Plaud y Tato De Mari, que llenaron un inmenso vacío en tu vida y que se convirtieron en tus amigos para toda la vida.
Como de pequeña y adolescente siempre estaba en tu casa, pues tu hermanita Talía era mi primita y mi hermana, siempre, desde que tengo uso de razón, pasaba mucho tiempo en tu casa. Te recuerdo de adolescente, guapo, alto, muy alto, peleando con Taliíta y conmigo porque te molestábamos, pero sabíamos que nos querías mucho.
Te casaste, tuviste 2 niñas hermosísimas, Teresa y Laura y eventualmente te divorciaste, pero nunca perdiste contacto con tus hijas. Siempre te ocupaste de ellas y las cuidabas con amor. Pasó el tiempo y volviste a rehacer tu vida con Sandra, quien volvió a llenar tu vida de alegría. Siempre estabas presente en las vidas de tus hijas, tu hermana, sobrinos y nietos y mantenías un contacto cercano con ellos. Fuiste un hijo, padre, hermano, primo y abuelo excelente.
Primo, sólo me consuela saber que ahora estás con Eddie, con titi Teté y con tio Nicandro, rodeado espiritualmente de nuestra hermosa y numerosa familia Beléndez y García. Estoy segura de que todos te rodean en estos momentos, ayudándote a entender tu nueva situación y el camino espiritual que vas a recorrer. De algo estoy segura: nunca vas a olvidar a tu familia que queda atrás. Yo, por mi parte, quiero volverte a encontrar cuando me toque a mí ir al plano espiritual.
Te quiero mucho, mi querido primo, y nunca te voy a olvidar. Dale un abrazo fuerte a titi Teté, Tio Nicky, Eddie, abuelita, titi Pilar, titi Ercilia y a todos nuestros queridos tíos abuelos, a mami, a papi y a Elito, y a todos tus tíos: Talía, Eva, Iris, Joaquín, Elí, Ñeca y Haydeé y, por supuesto, a padrino, a madrina y a Ricky.
Nos volveremos a ver, querido primo...
Leilani
Te recuerdo siempre serio, muy serio, tan serio que abuelita Candita contaba que ofrecía pagarle al que te sacara una sonrisa para una foto profesional. Siempre fuiste bello, con tus hermosos ojos azules. Nuestra prima Idalie y tú eran los únicos con ojitos azules hasta que nació nuestro primo Lin, uno de los hijos mayores de titi Haydeé y tío Manolín.
Como eras varios años mayor que tus primos más pequeños, los nacidos a finales de los 1940 y principios de los años 1950, de adolescentes nos 'soportabas' pero todos sabíamos que nos querías, pues ese amor por la familia nuestros padres nos lo inculcaron desde pequeñitos. Tengo muchos recuerdos bonitos y algunos tristes tuyos, como cuando murió tu hermanito Eddie. Te recuerdo, un niño todavía, ayudando a cargar el féretro de Eddie mientras llorabas su partida. De ese momento en adelante te convertiste en un niño triste, muy triste y hasta huraño. Tu salvación fueron tus amigos de toda la vida, amigos como Kako Plaud y Tato De Mari, que llenaron un inmenso vacío en tu vida y que se convirtieron en tus amigos para toda la vida.
Como de pequeña y adolescente siempre estaba en tu casa, pues tu hermanita Talía era mi primita y mi hermana, siempre, desde que tengo uso de razón, pasaba mucho tiempo en tu casa. Te recuerdo de adolescente, guapo, alto, muy alto, peleando con Taliíta y conmigo porque te molestábamos, pero sabíamos que nos querías mucho.
Te casaste, tuviste 2 niñas hermosísimas, Teresa y Laura y eventualmente te divorciaste, pero nunca perdiste contacto con tus hijas. Siempre te ocupaste de ellas y las cuidabas con amor. Pasó el tiempo y volviste a rehacer tu vida con Sandra, quien volvió a llenar tu vida de alegría. Siempre estabas presente en las vidas de tus hijas, tu hermana, sobrinos y nietos y mantenías un contacto cercano con ellos. Fuiste un hijo, padre, hermano, primo y abuelo excelente.
Primo, sólo me consuela saber que ahora estás con Eddie, con titi Teté y con tio Nicandro, rodeado espiritualmente de nuestra hermosa y numerosa familia Beléndez y García. Estoy segura de que todos te rodean en estos momentos, ayudándote a entender tu nueva situación y el camino espiritual que vas a recorrer. De algo estoy segura: nunca vas a olvidar a tu familia que queda atrás. Yo, por mi parte, quiero volverte a encontrar cuando me toque a mí ir al plano espiritual.
Te quiero mucho, mi querido primo, y nunca te voy a olvidar. Dale un abrazo fuerte a titi Teté, Tio Nicky, Eddie, abuelita, titi Pilar, titi Ercilia y a todos nuestros queridos tíos abuelos, a mami, a papi y a Elito, y a todos tus tíos: Talía, Eva, Iris, Joaquín, Elí, Ñeca y Haydeé y, por supuesto, a padrino, a madrina y a Ricky.
Nos volveremos a ver, querido primo...
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