Carlos Díaz Santiago, teniente primero en el Ejército de los Estados Unidos, murió en Irak, mientras almorzaba, víctima de un ataque suicida, según la información que tenía su familia.
Díaz Santiago había cumplido 27 años de edad la semana pasada. Marisol Roche Patrón, tía del soldado, habló a nombre de la familia. Lo hizo frente a la humilde casa del barrio Quebrada, sector Paso Hondo, de Yauco, donde el joven se crió.
Estaba casado con una militar, natural de Juana Díaz. Habían cumplido este mes dos años de matrimonio. Tenían residencia en Texas y no habían procreado hijos.
La tía también dijo que la milicia era la vida de su sobrino. Comentó que ese gusto se lo transmitió el padre, Carlos Díaz Patrón, sargento en la Guardia Nacional de Puerto Rico y quien supo la noticia estando en California, donde hace el entrenamiento anual de 15 días. Díaz Patrón lleva más de 25 años en la Guardia Nacional.
La vida militar de Díaz Santiago comenzó a los 18 años, cuando, además de entrar a la Universidad Interamericana, recinto de Ponce, ingresó al Cuerpo de Oficiales de la Reserva del Ejército (ROTC, por sus siglas en inglés). En el ROTC se hizo teniente. Con ese rango, y terminados sus estudios, entró al Ejército activo.
Llevaba en Irak ocho meses. La tía dijo que Díaz Santiago encontró normal que lo enviaran a la guerra y hasta lo tomó con cierto entusiasmo. “Cuando lo llamaron estuvo muy dispuesto a ir”, recordó. Roche Patrón explicó que la familia sí se preocupó. “Como todo familiar, siempre uno teme por su ser querido”, comentó, pero estaba orgullosa de él. Antes no había estado en una zona de combate. En Irak solía comunicarse con la familia por internet y teléfono. Nunca expresó temor o preocupación. “El contaba todo lo positivo. Nunca quiso ponerlos en estrés”, dijo. Como hijo mayor de Díaz Patrón y Carmen Santiago Santiago, el teniente primero también era el mayor de los nietos y sobrinos en la familia, por lo que ocupaba un lugar especial. El soldado tiene dos hermanos y una hermana, ninguno de ellos en la milicia.
Contó que el teniente era un líder, que se ganaba el cariño de quienes lo conocían. Era maestro de karate y aficionado al “rappeling”. Esperaban que en diciembre pasara unos días con la familia, en el barrio Quebrada.
Con la muerte de Díaz Santiago, la familia no se ha replanteado su apoyo a la guerra en Irak, según Roche Patrón. Ella dijo que la muerte es una posibilidad para cualquier soldado que va a la guerra. “No hemos pensado nada negativo. Todo el que va a la milicia sabe a lo que va”, dijo. “Si Dios se lo llevó, Él sabe por qué. Estamos conformes”, agregó.
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Enterrado en Yauco, pero no segura si en éste cementerio.
Carlos Díaz Santiago, teniente primero en el Ejército de los Estados Unidos, murió en Irak, mientras almorzaba, víctima de un ataque suicida, según la información que tenía su familia.
Díaz Santiago había cumplido 27 años de edad la semana pasada. Marisol Roche Patrón, tía del soldado, habló a nombre de la familia. Lo hizo frente a la humilde casa del barrio Quebrada, sector Paso Hondo, de Yauco, donde el joven se crió.
Estaba casado con una militar, natural de Juana Díaz. Habían cumplido este mes dos años de matrimonio. Tenían residencia en Texas y no habían procreado hijos.
La tía también dijo que la milicia era la vida de su sobrino. Comentó que ese gusto se lo transmitió el padre, Carlos Díaz Patrón, sargento en la Guardia Nacional de Puerto Rico y quien supo la noticia estando en California, donde hace el entrenamiento anual de 15 días. Díaz Patrón lleva más de 25 años en la Guardia Nacional.
La vida militar de Díaz Santiago comenzó a los 18 años, cuando, además de entrar a la Universidad Interamericana, recinto de Ponce, ingresó al Cuerpo de Oficiales de la Reserva del Ejército (ROTC, por sus siglas en inglés). En el ROTC se hizo teniente. Con ese rango, y terminados sus estudios, entró al Ejército activo.
Llevaba en Irak ocho meses. La tía dijo que Díaz Santiago encontró normal que lo enviaran a la guerra y hasta lo tomó con cierto entusiasmo. “Cuando lo llamaron estuvo muy dispuesto a ir”, recordó. Roche Patrón explicó que la familia sí se preocupó. “Como todo familiar, siempre uno teme por su ser querido”, comentó, pero estaba orgullosa de él. Antes no había estado en una zona de combate. En Irak solía comunicarse con la familia por internet y teléfono. Nunca expresó temor o preocupación. “El contaba todo lo positivo. Nunca quiso ponerlos en estrés”, dijo. Como hijo mayor de Díaz Patrón y Carmen Santiago Santiago, el teniente primero también era el mayor de los nietos y sobrinos en la familia, por lo que ocupaba un lugar especial. El soldado tiene dos hermanos y una hermana, ninguno de ellos en la milicia.
Contó que el teniente era un líder, que se ganaba el cariño de quienes lo conocían. Era maestro de karate y aficionado al “rappeling”. Esperaban que en diciembre pasara unos días con la familia, en el barrio Quebrada.
Con la muerte de Díaz Santiago, la familia no se ha replanteado su apoyo a la guerra en Irak, según Roche Patrón. Ella dijo que la muerte es una posibilidad para cualquier soldado que va a la guerra. “No hemos pensado nada negativo. Todo el que va a la milicia sabe a lo que va”, dijo. “Si Dios se lo llevó, Él sabe por qué. Estamos conformes”, agregó.
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Enterrado en Yauco, pero no segura si en éste cementerio.
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